Después de más de medio siglo de historia, la emblemática Juguetería Alegría, ubicada en la esquina de las calles 63 con 54, en pleno corazón del centro histórico de Mérida, cerró definitivamente sus puertas. El local, con su inconfundible fachada colorida y vitrinas repletas de juguetes, marcó por décadas la vida de generaciones que crecieron visitándolo en busca de regalos, ilusiones y recuerdos.
El cierre, confirmado por trabajadores de comercios vecinos, se realizó discretamente hace una semana. “Un día simplemente comenzaron a sacar todo. Pensamos que estaban remodelando, pero luego vimos que ya no regresaron”, comentó un expendedor de la zona. A la fecha, la tienda aún aparece en Google Maps como “abierta”, aunque el local luce vacío y sin rastro de actividad.
Un referente de la infancia y el comercio local
Durante años, Juguetería Alegría fue punto de encuentro obligado para familias, comerciantes y mayoristas. Su modelo de negocio —basado en ventas al mayoreo, precios preferenciales a partir de seis piezas y descuentos por volumen— la convirtió en un referente para pequeños distribuidores y organizadores de fiestas.
En fechas emblemáticas como el Día de Reyes, el Día del Niño o la temporada navideña, el bullicio en sus pasillos era parte del paisaje habitual del centro meridano. Padres de familia, abuelos y niños recorrían sus estantes buscando desde juguetes clásicos hasta novedades importadas, en una mezcla de tradición y alegría que dio nombre al establecimiento.
Una víctima de los nuevos tiempos
Aunque no existe un comunicado oficial sobre las causas del cierre, comerciantes del área coinciden en que la juguetería no pudo sobreponerse a los cambios del entorno económico. Entre las razones más mencionadas están el aumento de los costos operativos, la competencia de productos de origen chino y el cambio en los hábitos de consumo, cada vez más orientados hacia las compras en línea.
“El mercado cambió demasiado rápido. La gente prefiere pedir por internet, y los juguetes chinos se consiguen a precios imposibles de igualar”, explicó un comerciante cercano.
El fin de una era
El adiós de Juguetería Alegría deja un vacío en el corazón comercial de Mérida, no solo por su historia, sino por lo que representaba: un símbolo de la vida urbana del centro y del espíritu emprendedor local. Con su partida, se extingue otro fragmento del paisaje tradicional que durante años dio identidad al centro histórico.
Más allá de la nostalgia, su cierre también plantea una reflexión sobre el futuro del comercio local, en un contexto donde la globalización y la digitalización reconfiguran la manera de comprar y vender. La historia de la Juguetería Alegría es, al mismo tiempo, un homenaje a quienes dedicaron su vida a sostenerla y una advertencia sobre los retos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas yucatecas.
En las memorias de muchos meridanos quedará el recuerdo de esas vitrinas llenas de colores, de los juguetes de antaño y de la ilusión que cada visita a la Juguetería Alegría despertaba.
Hoy, sus puertas cerradas marcan el fin de una era, pero también la permanencia de un legado en la memoria colectiva de Mérida.




