La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró de manera temporal dos predios en la zona costera de Chicxulub Puerto, luego de comprobar la remoción y relleno de manglares en áreas de 301 y 136 metros cuadrados, respectivamente, sin contar con las autorizaciones necesarias en materia de impacto ambiental.
Durante las inspecciones realizadas por personal de la Profepa, se constató que en ambos terrenos se había eliminado vegetación de mangle y rellenado el terreno con material pétreo, afectando un ecosistema considerado prioritario por su relevancia ecológica y su papel en la protección natural de las costas. Las acciones, precisó la dependencia, se ejecutaron sin la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo cual constituye una infracción a la legislación ambiental federal.
Como medida de seguridad, la Profepa colocó sellos de clausura y ordenó el cese inmediato de cualquier tipo de obra o actividad en los sitios, a fin de evitar un daño mayor y permitir la recuperación de la zona afectada. Asimismo, anunció que se dará seguimiento al caso para determinar las sanciones correspondientes y promover la restauración del área dañada.
Los manglares son ecosistemas vitales para la estabilidad ambiental de la costa yucateca: funcionan como barreras naturales contra tormentas y huracanes, previenen la erosión costera y sirven como refugio y zona de crianza para numerosas especies de flora y fauna, muchas de ellas endémicas o en riesgo.
Su destrucción o relleno no sólo representa una pérdida ecológica significativa, sino que incrementa la vulnerabilidad de las comunidades humanas frente a fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
En el caso de Chicxulub Puerto, la expansión urbana y la presión inmobiliaria han generado desde hace más de dos décadas una degradación progresiva de los humedales costeros, donde diversos particulares han intentado construir viviendas o desarrollos turísticos sobre zonas de manglar y terrenos inundables.
De acuerdo con especialistas y organizaciones ambientalistas locales, los asentamientos irregulares y obras ilegales en áreas protegidas de la costa norte de Yucatán se han convertido en un problema recurrente. A pesar de los operativos de inspección, la destrucción de manglares continúa, alentada por el crecimiento urbano y la falta de vigilancia permanente.
En años recientes, la Profepa ha realizado múltiples clausuras en la zona de Progreso, Chicxulub y Uaymitún, atendiendo denuncias ciudadanas e informes técnicos sobre el avance del relleno de humedales. No obstante, la restauración ambiental de estas áreas suele ser lenta y costosa, y en algunos casos, el daño es irreversible.
Vecinos de Chicxulub Puerto manifestaron su preocupación ante la continuidad de este tipo de prácticas. “Cada año vemos cómo avanzan los rellenos, tapan los canales y destruyen los manglares. Luego vienen las lluvias y las calles se inundan porque ya no hay dónde corra el agua”, comentó María del Socorro Cauich, residente del puerto.




