viernes, octubre 24, 2025
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De los 15 a los 650 pesos: las “banderitas” inundan Mérida rumbo al 15 de septiembre

El mes patrio ya se vive en las calles de la capital yucateca y con él llegan los vendedores ambulantes que, entre verde, blanco y rojo, buscan ganarse la vida hasta el último día de la temporada. José, originario del Estado de México, es uno de ellos.

Instalado en una de las avenidas del centro de Mérida, José ofrece desde la bandera más pequeña, de apenas unos centímetros, hasta aquellas que ondean con majestuosidad, capaces de decorar una casa entera. “La más chiquita cuesta 15 pesos, la más grande llega hasta 650”, explica mientras acomoda cuidadosamente su mercancía.

Pero en su puesto no todo son banderas. También se encuentran blusas bordadas y otros artículos alusivos a la independencia. “Las traemos desde Toluca. Tratamos de que cada día el puesto se vea colorido para llamar la atención y vender todo lo que podamos”, comenta.

Entre el esfuerzo y la esperanza

Para José, esta temporada significa largas jornadas y trabajo intenso. Desde la mañana hasta la noche, permanece en su puesto con la esperanza de regresar a su estado natal con algo de dinero extra para su familia.

En un día bueno, logra reunir más de tres mil pesos; en los días bajos, apenas llega a los mil 500. Aun así, asegura que vale la pena: “Uno se viene con la ilusión de juntar algo y volver con los suyos llevando sustento”.

Una tradición que se renueva cada septiembre

Las banderas, escudos y adornos tricolores no solo representan un negocio temporal: son el símbolo de una tradición que se repite año tras año. En cada esquina, el Lábaro Patrio ondea como recordatorio de identidad, mientras cientos de vendedores como José recorren distintas ciudades del país para aprovechar la temporada.

En Mérida, el comercio de artículos patrios comenzó a intensificarse desde principios de septiembre y se mantendrá hasta el 15, cuando familias y negocios buscan adornar sus casas, balcones y oficinas para celebrar con orgullo las fiestas de la independencia.

En palabras de José, “es el gusto de ostentar nuestra bandera lo que nos mantiene vendiendo y trabajando”. Y aunque el esfuerzo es grande, asegura que la satisfacción de ver ondear sus banderas en las calles de Mérida le da fuerzas para seguir hasta el último día.

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