El polémico empresario Jorge Carrillo, dueño del Hotel El Conquistador, desató indignación entre el sector turístico y empresarial de Mérida tras convocar —a puerta cerrada y sin la presencia del Ayuntamiento— una reunión para promover la eliminación de la ciclovía y las jardineras del Paseo de Montejo, obras emblemáticas del periodo de Mauricio Vila Dosal.
Lo que Carrillo planteó como una “reunión de trabajo” terminó convertido en un intento fallido por revertir el embellecimiento urbano de la avenida más representativa de la capital yucateca.
“Por sus pistolas”, sin consenso y sin luz
Según asistentes, el encuentro se realizó el pasado miércoles en el propio Hotel El Conquistador, donde participaron dueños y representantes de negocios del Paseo de Montejo y su prolongación. La cita —organizada en lo oscurito, literalmente— coincidió con una suspensión de energía eléctrica de la CFE, que dejó sin luz al edificio durante cinco horas.
Mientras los invitados sudaban en medio del apagón, Carrillo intentaba convencerlos de apoyar su propuesta de quitar las jardineras y ampliar los carriles para automóviles, argumentando que así se “recuperaría la movilidad”. Sin embargo, la mayoría de los presentes rechazó la idea, señalando que la ciclovía y las adecuaciones actuales benefician tanto al turismo como a los ciudadanos.
“Fue un intento descarado de deshacer lo que ya funciona. No queremos destruir el Paseo, solo mejorar lo necesario, y siempre con la autoridad municipal presente”, comentó uno de los empresarios participantes.
Reunión sin Comuna y con sello político
Lo que más llamó la atención fue la ausencia total de representantes del Ayuntamiento de Mérida, pese a que las modificaciones al Paseo de Montejo son competencia exclusiva del municipio. En cambio, sí estuvo presente Alaine López Briceño, secretaria estatal de Obras Públicas, quien avaló el encuentro y aseguró que se trataba de una “primera reunión con la Fundación Paseo de Montejo”.
Fuentes cercanas al sector señalaron que Carrillo, amparado en su cercanía con figuras de Morena, busca cobrar favores políticos tras haber apoyado financieramente la campaña morenista a la gubernatura. Ahora, sostienen, intenta utilizar esa influencia para imponer su visión sobre el corredor turístico, sin importar el impacto urbano o ambiental.
“Jorge Carrillo se siente con poder para hacer y deshacer. Está empeñado en borrar los avances que hicieron de Paseo de Montejo una avenida moderna, segura y digna para peatones y ciclistas”, expresó un comerciante que pidió el anonimato.
Empresarios lo frenan
El intento de Carrillo no prosperó. Los hoteleros y comerciantes invitados rechazaron respaldar la eliminación de la ciclovía, aunque sí mostraron apertura para modificar o reducir algunas jardineras, siempre que exista consenso con la Comuna.
Uno de los asistentes resumió el sentir general: “Nadie está en contra de mejorar, pero no vamos a destruir lo que ya beneficia a miles de personas solo por el capricho de un empresario”.
Al salir de la reunión, uno de los promotores del cambio —visiblemente molesto— habría dicho que “es imposible hablar con esta gente”, frase que desató aún más críticas por su tono soberbio.
Paseo de Montejo: símbolo que divide
El Paseo de Montejo se ha convertido, una vez más, en campo de batalla política. Lo que debería ser un espacio de consenso y mejora urbana se ha transformado en un nuevo episodio de intereses personales, egos y pugnas partidistas.
Mientras el Ayuntamiento de Mérida mantiene silencio institucional, los ciudadanos observan con preocupación cómo el capricho de unos pocos amenaza con alterar uno de los íconos más representativos de la ciudad blanca.
Por ahora, el intento de Jorge Carrillo quedó en eso: un capricho sin luz y sin apoyo, que encendió el debate sobre quién debe decidir el futuro del Paseo de Montejo… y con qué intereses.



