En un corral de incubación nació una tortuga carey con una peculiaridad poco común: sus aletas traseras presentan un tono blanco en lugar del característico color oscuro de la especie.
Miembros del Club de la Tortuga de Telchac Puerto explicaron que este fenómeno se debe a alteraciones en la pigmentación, que pueden tener origen en variaciones genéticas, falta de melanina en esa zona o bien por factores ambientales durante el proceso de incubación, como la temperatura, la oxigenación o la humedad del nido.
La condición no representa un riesgo para la salud de la cría, aunque sí podría hacerla más visible ante depredadores en su entorno natural, lo que disminuiría sus probabilidades de supervivencia.
Se trata únicamente de una característica particular que distingue a esta tortuga de las demás, convirtiéndola en un ejemplar singular dentro de la población de su especie




